Solo. Sognefjorden en kayak (V)


Supongo que a estas alturas Javier y Aurora ya habrán perdonado mi mala educación. Salimos los tres de Leirvik y pasamos dos noches juntos, pero, al tercer día, no aguanté aquél tipo de vida tan tranquilo y me marché para adentrarme solo en la inmensidad del Sogne. Mientras estábamos en el agua, íbamos, mas o menos, todos al mismo ritmo. Pero mi concepción del viaje era radicalmente distinta. A mi me gustaba madrugar y en media hora estar remando.
Por las noches había que tener la preocupación de "aparcar" el kayak por encima del nivel máximo marcado por la marea, pues si no se hacía así, habría que ir por la carretera a pata. Por cierto, cuando ésta bajaba, si se pasaba muy próximo a un cabo, era prácticamente imposible avanzar, por lo menos así nos ocurrió el segundo día de la travesía.

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