Reto 5. Falló el comodín (2)

Al ver que llovería durante la travesía, descarté el saco con su cara inferior impermeable.

Reto 5 es un juego solitario. Un juego de 5 cartas. Cuatro son casi obligatorias. Una de cada palo: Calzado, vestimenta, alimentación e iluminación. La quinta es un comodín. Dependiendo del clima, así se escoge el comodín. Suele ser una carta, como su nombre indica, que vale para solucionar varias cosas diferentes o que tiene más de una función, algo que "sirve igual para un roto que para un descosido".
Pero, en realidad, la cosa no es así. El comodín suele funcionar siempre a medias, igual que lo hace, por ejemplo, el Gore-Tex u otras membranas similares. 
Impermeabilidad y transpiración siempre han estado reñidas, aunque desde hace años intenten demostrar lo contrario, por lo menos en casos extremos, cuando es mucho lo que tiene que salir, y también lo que no debe entrar.
Siempre he creído que, independientemente de la calidad de un tejido, la presión ejercida por el agua desde el exterior impide una correcta transpiración.
Pues bien, mi comodín artesanal pretendía cortar el viento y la lluvia durante el día y alguna cosa más: aislar del frío, el viento y la lluvia durante la noche.
La primera jornada todo fue bien. No llovió durante el día e hizo frío por la noche, en torno a 2/-2ºC. El saco-capelina me ofreció cierto confort para descansar entre las 23 y las 7 de la mañana, tras realizar en torno a 75 Km. Al hacer bastante frío no sudé practicamente nada, lo cual evitó que se produjera una molesta percepción de humedad  dentro del saco, totalmente impermeable por su capa exterior, entre otras razones para que me aislara también del suelo mojado.
Pero la segunda noche comenzó a llover una vez estaba dentro del saco-capelina. Evidentemente, al llover y no helar, la temperatura era mucho más alta que la noche anterior, en torno a 6/10 ºC. La capa aislante interior del saco funcionó relativamente bien  al trasladarse la humedad desde mi cuerpo hasta la capa de tejido impermeable.
Pero algo grave estaba pasando: la gran cremellera en forma de "L" y el cosido que la unía al saco-capelina estaban filtrando el agua.
Me di cuenta entonces que no había diseñado bien el comodín, y que sobraba la cremellera. 
Pero ya era demasiado tarde, por lo menos mientras jugara esa partida.  

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