Atrapado en Madrid


Tras el XI Congreso de la Sociedad Española de Medicina y Auxilio en Montaña (SEMAM), he decidido quedarme un par de días más en Madrid porque Vilabade, pueblo gallego en el que resido habitualmente, está incomunicado por la nieve. De esta manera iré directamente al hospital de Lugo para que me pasen por la cuchilla. En un post anterior ya adelanté que me tenía que operar de una hernia inguinal.
El encuentro científico ha sido un éxito en todos los aspectos. He aprendido muchas cosas y además hemos obtenido el premio a la mejor comunicación de medicina de montaña, hecho que me ha producido gran satisfacción.
Mis 26 inmersiones en agua fría han servido para algo. Las conclusiones obtenidas en el trabajo podrán ser aplicadas cuando un marinero, un nadador, un alpinista -o cualquier otra persona- sufran una hipotermia. Pero de este tema hablaremos con más calma, tras la operación.
Por el momento os diré que me están tratando de maravilla en la Residencia de María Inmaculada. Yo, la verdad, no soy muy religioso. Sólo me acuerdo de Dios cuando se ponen las cosas realmente feas. Cuando todo va bien, ando algo "chulo" por la vida. Pero, independientemente de mis creencias, hay una cosa que tengo muy clara. Valoro profundamente la labor social de las religiosas y su capacidad de trabajo. Luchan todos los días en la cocina, en las aulas y en el altar a cambio de nada material, y no son egoístas como yo. En resumen, entregan su vida a los demás como unas heroínas.
Siempre he valorado positivamente a todas aquellas instituciones sociales en las que se debe compartir nuestra vida. Aunque la mayoría de mis aventuras se han realizado de forma individual, lo que realmente busco es la compañía y no la soledad.
Pronto mostraré algunas fotos de este centro. Seguro que os gustarán. Por el momento no lo puedo hacer porque me he olvidado de traer el cable USB. (Foto de rmi)

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