¡Mal comienzo!

En mi último viaje en patinete, justamente antes de cruzar los Pirineos, en la penúltima etapa, me robaron en Ceret, Francia. Mi equipo era ligero para poder avanzar a gran velocidad; un saco, una esterilla, 600 cc de agua... Pues bien, unos niñatos, a eso de la medianoche, en las instalaciones de un colegio público, me lo aligeraron aún más... lo peor de todo es que se llevaron la cámara digital con sus 500 fotos.
Esta noche, en el aparcamiento de Club Náutico, no ha sido robo. Entre las dos y las tres de la madrugada, después de conseguir conciliar el sueño en el interior de mi furgoneta, noté una fuerte aceleración de un motor, un derrape de película y , finalmente, un fuerte impacto que desplazó lateralmente el morro de mi indefenso vehículo. Todo ello con nocturnidad, premeditación y alevosía, en un pueblo pequeño, teóricamente seguro. Ha sido mayor el susto que los daños.
Conclusión: Durante mi excursión de más de treinta días, dormiré en un lugar seguro; probablemente en los vestuarios de la piscina municipal. El barco, si quieren, que se lo lleven; de esta manera me ahorrarán el calvario que me espera.
Por la tarde pruebo el Mirage. Espero no ser abordado por un participante del Open de las Naciones que tiene lugar este fin de semana en Castrelo de Miño.

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