Masía solitaria

Los cuadros descentrados y las puertas asimétricas me ponen bastante de los nervios. La sensación que tuve en esta masía, antes de llegar a Albanyà, fue, sin embargo, bastante placentera. Todo estaba abierto y los animales andaban sueltos, pero no había por ningún lugar humanos, como si una bomba atómica selectiva se hubiera encargado de liquidar únicamente a los seres vivos más tontos, crueles y atrasados de la Tierra. ¡Curioso fenómeno radiológico!

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