Eficiencia 3.050. Menos equipo (IV).


Sigo dándole vueltas al equipo que llevaré aún no sé a dónde. Intento que las prendas sean polivalentes al máximo para no superar los 2 kilos de peso; cuanto más adelgace lo que no se come ni se bebe, más posibilidades tendré de lograr el objetivo, para aquellos que no estén al día, recorrer en bici 3.050 Km en autonomía absoluta, utilizando solamente lo que va en las alforjas: agua, comida, tienda...
Así parece que quedará la cosa de forma definitiva. Montaré una tienda monocapa de 1.100 g cuando las previsiones den agua para la noche. Si el tiempo es bueno, me apañaré con una esterilla de 250 g. echada sobre el campo. El saco de dormir será sustituido por una camiseta de manga corta; un pulover delgado; unos calzoncillos limpios, un pantalón largo ligero -con forro- impermeable y transpirable; un par de calcetines, y una capelina larga puesta al revés, con la cabeza en los pies. Resumiendo, pasaré la noche vestido con prendas que no se usan durante el día para pedalear y el poncho hará las veces de la funda vivac.
Con este equipo no habrá problemas a principios de junio, teniendo en cuenta que en el Aconcagua me apañé sin saco de dormir.
La diferencia de peso entre la tienda y el cubretechos es de 200 g. Aparentemente parece nada, pero supone mucho teniendo en cuenta que tal cantidad es la mitad de la ración diaria de comida: 8 kilos dividido entre 20 días, 400 g.

Comentarios

Carlos ha dicho que…
Qué bueno lo de .... Aconcagua sin saco de dormir ;-))
Suso ha dicho que…
Subí ligero de peso y bajando de cumbre hice un buen tramo, hasta Campo Berlín, prácticamente desnudo, en medio de un marrón severo. Tenía mucho interés por averiguar cómo reacciona el cuerpo ante ciertas situaciones; saber cuánta carga le quedaba a mis baterías después de realizar un gran esfuerzo... desmitificar cosas. Pasaron los años y volví de nuevo al Aconcagua con la intención de subirlo desnudo. Pero no organicé bien las cosas. Debía haber montado una expedición a mi medida y no compartirla con nadie más. Me enfriaba esperando a mis compañeros... Aún así me acerqué a Campo Berlín. En esta ocasión sí que llevé saco de dormir, y de los buenos. Era mi única salvación en el caso de que entrara en hipotermia grave. Para poder intentar esa ascensión, tuve que negociar con los guardas del parque, quienes, previamente, me lo habían prohibido.

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