Gracias, Vicente.

Vicente es un buen amigo que conocí en Castellón, ciudad a la que llegué en patinete tras realizar la Ruta del Ebro con ese chisme. Vicente participa asiduamente en el espacio "La cerveza es alegría" y ha narrado en directo tres de mis aventuras.

Normalmente no me gusta hacerle la pelota a nadie. Sin embargo, soy incapaz de no agradecer o valorar positivamente la actitud desinteresada de las personas, en este caso, la de mi amigo Vicente.

Se trata de un tipo sencillo, bueno y sincero que me gustaría tener de vecino en un barrio; quizás porque vivo en un lugar bastante aislado donde sólo habitamos 60 personas y mis amigos viven en mi propia casa.

Vicente -acompañado por Carlos- es el señor de barba cerrada y de gafas. Repito, muchas gracias.