Transpi sin repostar cap. 30. Agradecimientos.


Durante el transcurso de la Transpi, cuatro han sido las personas que me han hecho más llevadera la marcha. En Cabo Higuer, Angel (Touryak) y Koro, la jefa del restaurante del camping ubicado al lado del faro.
Dos ángeles de la guarda. Touryak me recoge en la estación de Irún (en fiestas) y me lleva hasta el cabo. Koro me obsequia con 4 buenas raciones de macarrones al vacío y con un fuerte abrazo de despedida. Debes saber, amiga mía, que si no fuera por esos casi 2 kilos de pasta cocida, no hubiera terminado la travesía, ya que, a partir del décimo día, racioné los alimentos a unos 400 gramos diarios de materia seca, y, los últimos 3 días, a unos 300 gramos repartidos en 4-6 pequeñas ingestas.
A casi media travesía, me sale al encuentro José Luis (faljau). Nos vemos en el Balneario de Panticosa, en San Nicolás de Bujaruelo y en el valle de Estós, donde tiene que pasar la noche sin saco de dormir por no haber sido más previsor. Que no se queje, yo he pasado 18 también sin saco.
El cuarto ambgel de la guarda me lo encuentro 13 km antes de llegar a mi destino, cuando el litro de agua que ya sólo me queda hierve debido a las altas temperaturas. El líquido elemento que me ofrece mi benefactor está rico y fresco. Cenamos los dos juntos y me lleva a su casa en Girona, donde descanso por primera vez sobre un colchón mientras disfruto de la vista nocturna de la catedral.
Desde Lugo, como siempre, Moncho, José Ramón y mi familia al pie del cañón.
Foto de faljau: Suso con su armario amarillo flanqueando un nevero en las cercanías del collado de Bujaruelo. Bonita imagen: cuatro estratos paralelos con pequeño hombrecillo pegado a una mochila sobre el blanco.


Comentarios

Faljau ha dicho que…
Gracias a tí, que al fin y al cabo eres el que se ha pegado la grandísima zurra a andar. En cuanto a la noche sin saco en la cabaña de Santa Ana en Estós (tú en el exterior con el dobletecho), cada vez que me dormía, un ratoncillo paseaba por la habitación, encendía la frontal.... silencio... a dormir....el ratón de excursión otra vez... y así hasta el amanecer.... vaya noche la de aquel día...

Ver amanecer dignifica el espíritu, me dijiste... pues vi el amanecer.. y tú mientras durmiendo cómo un bendito.

Jornadas memorables que espero que no sean las últimas

Un abrazo.
JL
Suso ha dicho que…
No te perdonaré jamás que hayas dejado escapar el ratón. ¡Con lo bueno que estaría asado soltando toda su grasilla sobre una galleta Mariñeira! De verdad que en más de una ocasión me dieron ganas de cazar alguna lagartija.
No serán las últimas esas jornadas. Tendremos oportunidad de disfrutar este otoño en Galicia si te animas a pasar unos días por aquí.

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