Transpi sin repostar cap. 29


He perdido 8 kilos de peso (lo previsto); la dieta baja en fibra ha provocado durante la marcha el sangrado de una hemorroide externa; tengo el tobillo derecho ligeramente inflamado; las 14 horas de autobús del viaje de vuelta han sido un calvario para las piernas; mis pies aún duelen debido a que, de repente, el día 1 de julio me convertí en una persona de 90 kilos... Pero, pese a todo ello, me encuentro bien y mi cabecita ya anda soñando con nuevos viajes o retos extravagantes, como los llama la gente que no es capaz de entenderlos.

Traigo la maleta llena de conclusiones y potentes recuerdos; pero lo más urgente serán los agradecimientos de mi próxima entrada. Ha habido cuatro personas muy importantes en la salida, en la mitad del recorrido y en mi llegada. Sin ellas todo habría sido más difícil. De ellas, y de las que estaban al pie del cañón en Lugo, hablaré con calma. Con respecto a todos vosotros, espero que lo hayáis pasado bien con los relatos de Moncho, por cierto, atacado vilmente por la tormenta.
José Ramón Meilán revisará mañana todos mis desperfectos.
Foto de Suso: mi mayor tesoro en la vida ha sido poder tomar el camino que más deseo.

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