Sed

Me ha quedado mal recuerdo del col de Arp (Alta Vía Nº 2 del Valle de Aosta).

Bebí lo suficiente en Courmayeur, tras realizar los primeros 75 km en 24 horas. Lavé los calcetines en la fuente y me dispuse a subir pasada la 1 del mediodía. Menos mal que el sendero estaba a la sombra... pero cuando salí del mismo pegaba fuerte el sol... y no había agua por ninguna parte... unos caballos bebían en una charca enlodada abastecida por una tubería vacía... me dio más sed... "Como no encuentre agua antes del collado... me muero de sed sicológica", me dije. Este tipo de sed es mucho peor a veces que la sed verdadera. En vez de ir a media ladera, me metí por el fondo del valle, siguiendo la tubería vacía, hasta que, por fin, vi que más arriba, pequeños reflejos plateados indicaban que algo se movía... era agua fresca que manaba en pequeña cantidad del cono final del valle, a la izquierda del collado. Hasta el momento me estaba apañando con un solo botellín de 500 cc que casi nunca llevaba lleno para no transportar tanto peso. Me limitaba a usarlo como si fuera un vaso.

Subiendo a Deffeyes de noche, también tuve sed, pero poco antes de llegar al refugio, la sacié directamente con el morro pegado al arroyo... sublime. Al llegar al refugio, dos montañeros se preparaban para ascender al Rutor. Debían ser las 4 de la madrugada. Estaban tomando un té caliente con pan, mantequilla... todo un lujo. Entré a saludarlos y volví a salir. Desde el exterior, el refugio, al llegar, me pareció un oasis de vida perdido en medio de la noche, algo a lo que yo había renunciado voluntariamente, no sé por qué, pero tampoco me interesa averiguarlo. Los dos montañeros se mosquearon un poco al verme... por la hora a la que llegaba, por el calzado, por la mochila de colegial, quizás por que subía remangado y hacía algo de frío a esas horas. Salimos todos juntos... pero solo compartimos camino durante un cuarto de hora, hasta que ellos se desviaron a la derecha con la intención de afrontar el glaciar del Rutor desde su morrena frontal. Nuestros ritmos eran demasiado diferentes. Ellos se movían de forma lenta, quizás debido a las botas y al equipo que llevaban... Nos despedimos y todos seguimos nuestro camino... Cuando aún no había amanecido, vi, gracias a sus frontales encendidas, que iniciaban la entrada en el glaciar y que, para ello, habían perdido bastante altura con respecto al refugio. Subía a buen ritmo y muy contento hasta que la cosa se empezó a poner fea. De repente, la morrena lateral del glaciar desapareció y me tuve que pegar lateralmente a la pared que bajada del collado de Planavall... "Me temo que por ahí no hay paso", me dije.

Foto de Suso (Tour del Mont Blanc). Sólo me paré unos minutos para no sucumbir a la tentación que el maligno había colocado sobre las mesas del refugio: Coca-Cola, cerveza...

Comentarios

Faljau ha dicho que…
La foto y el post que has puesto me recuerda cuando estuve en Cortina D'Ampezzo (año 1995) y en lo más alto de los remontes había un bar en el cual algunas señoras subían con sus esquís y equipaciones último modelo. Apoyaban los esquís en una esquina y se pasaban las horas tomando el sol "esperando a alguien". Y yo allí, soltero, sin saber inglés y con mi equipamiento precario, salvo unas botas de plástico Asolo que me habían costado la mitad de un sueldo. Tienes razón, el maligno está por todos lados.
Suso ha dicho que…
Hacer el Tour a golpe de cerveza fría, bronceador y tumbona... supongo que para cuando sea más mayor... si es que llego.

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