Gran bocata en Aljucén (y 2)



Aún era casi de noche cuando llegué a las cercanías de Aljucén, a esa pequeña gasolinera (con bar) que se ve en el centro de la foto, a ambos lados de la carretera.
Tenía, como siempre, hambre, sed y mucho frío... en fin, muchas ganas de un gran desayuno.
Entré en el local y esperé a que el empleado acabara fuera el cigarrillo, pues yo aún necesitaba unos minutos para desprenderme de alguna ropa y relajarme un poco después del esfuerzo.
Una vez que entró el empleado; abierto, sencillo y muy interesado en el viaje que estaba haciendo, me sirvió una cerveza antes de prepararme un gran bocadazo de salchichón con muchas rodajas de gran grosor.
Al demostrarle mi agradecimiento, me dijo que si marchaba contento, algún día podría volver a entrar de nuevo. No paró tampoco hasta que me puso dos grandes naranjas en la mochila... me las comí una vez que abandoné la gasolinera, al poco de salir el sol, ya más contento y desentumecido.

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