30 razones personales para no ir a una carrera de montaña. Antes del evento (1)

1. Hay que entrenar metódicamente.

Menudo rollo. A veces tengo ganas, pero otras no me apetece, porque llueve, o porque hace mucho calor, o porque tengo el trabajo sin hacer, o porque prefiero escribir o leer, o echar una siesta a la sombra de un árbol.
Y, total, para qué. Creo que soy lento por naturaleza y aún no sé si me gusta o no correr. Por eso hago lo que más me apetece instintivamente: alternar la marcha con el trote, éste más o menos intenso dependiendo del relieve o de las fuerzas que lleve.
¿No me gustan las carreras de montaña porque hay que entrenar metódicamente o no me gusta entrenar y por eso no voy a esas competiciones?
Nuestros antepasados prehistóricos nunca entrenaron consciente y metódicamente (pienso). Lo hacían sin darse cuenta mientras jugaban o cazaban, o por obligación, cuando tenían que correr delante de un león.
Total, para qué voy a entrenar metódicamente, si no estoy dotado para quedar entre los primeros y ni siquiera soy capaz de correr una maratón seguida.
Lo he dicho muchas veces. Prefiero antes 1.000 Km en 12 días sin apoyo externo que 42 Km en 6 horas con avituallamiento.
Además, no vivo ni viviré de las carreras ni de la montaña. Todo lo contrario: vivo gracias gracias a ella y en ella. 

2. Fecha fija.

Vivimos pendientes del reloj y del calendario. Y las carreras o competiciones de montaña no van a ser menos.
Pero te puede acosar un gripazo, o te puedes romper un brazo, o al final, no librar ese día... tensión y nervios... muchos días antes de iniciar algo que debe ser placentero.
Pónte la frontal y escapa, siempre que puedas, pero de la noche a la mañana, sin pensarlo ni organizarlo demasiado, con un amigo del barrio, o solo.

PD: Lo que organices tú solo o con unos amigos, siempre tendrá una fecha flexible.    

Comentarios

salvatore matasanos ha dicho que…
de auerdo, aunque las que yo mas disfruto son las que no entreno- no presión- no crono...jejee

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