Anfibia invernal Porma-Riaño. Placas de hielo (y 5)


Por la tarde comenzó a enfriar y ello, unido al viento, provocó una sensación térmica desagradable. Cada vez que realizaba una serie de fotos y dejaba de palear, la embarcación quedaba en punto muerto, al libre albedrío, a merced del aire y las ocultas corrientes del bellísimo cañón.
Sobre el texto, Peñas Pintas.


La lengua suroeste del embalse es lo mejorcito de toda la travesía. 


Entre el Pico del Gilbo y Peñas Pintas


Pico del Gilbo


El cañón queda atrás.


Al llegar a Burón encontré placas de hielo que me impidieron desembarcar, así que tuve que buscar un lugar apropiado al tiempo que se echaba la noche encima.


Fue necesario realizar dos porteos para poder llegar a la iglesia de Burón. El primero con todo el equipaje y el segundo con la embarcación hinchada, para poder dormir sobre ella.


Preparando el vivac en el claustro de la iglesia.


A las 3 de la madrugada me puse de nuevo en marcha para cerrar el círculo en el Puerto de Tarna.


Faltaban pocas horas para que se complicara el tiempo y cayera la gran nevada del nuevo siglo.


En la carretera había que tener cuidado para no resbalar sobre las placas de hielo.


Y, finalmente, llegué al Puerto de Tarna, donde había dejado el coche hacía un par de días.

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