Transpi Tino. Carro sí, pero más ligero (2)


Siempre lo tuve claro. Llevo ocho años usando carro en travesías de montaña y en anfibias, y también lo llevaría en la HRP o ARP. Nos permitirían avanzar rápido los primeros días, jústamente cuando más pesa la mochila.
Otra cosa es que me descuidara un poco al construirlo con materiales demasiado pesados. En torno a dos kilos sin contar los brazos-bastones es demasiado, ya que supone el 33% del peso total de la comida una vez descontada la que fue desechada en Isaba (Navarra).
Un carro de carbono no supera los 700 gramos con la suspensión y las fijaciones, y de ese peso hay que descontar los brazos-bastones que también sirven para caminar cuando la mochila va en la espalda. Su peso real es por tanto de unos 600 gramos, la ración diaria de comida.

(Imagen del carro ideal para ser construido en carbono)

Con esa tara no tengo duda ninguna de que el carro de transporte es una herramienta para utilizar de principio a fin en travesías de montaña, exceptuando los tramos caóticos de grandes bloques de piedra. Si le añadimos una mochila ligera y resistente, tendrémos un equipo de transporte de en torno un kilo.
Diseñar y construir el carro ideal hubiera supuesto posponer la travesía para más adelante, incluso para el verano de 2019, cosa que ninguno de los dos estaba dispuesto a hacer.
Así que para Irún marchamos en autobús el 17 de agosto, casi de milagro, porque Alberto llegó muy justo a la estación de Lugo. Tan raspadito fue el aprobado, que a mí casi me entra un ataque de nervios.
Me esperaba una larga noche de mareo, porque ningún efecto me hicieron las dos biodraminas.




Comentarios

Entradas populares